El cubano Reinaldo Dennes, sentenciado a la pena de muerte, espera que se cumpla la condena en una celda de Polunsky, Livingston, en el estado Texas, tras permanecer 27 años en la cárcel acusado de asesinar a un hombre en Downtown Houston, durante un robo de 4.25 millones en diamantes y 250,000 dólares en efectivo.
En entrevista exclusiva con Telemundo desde esta prisión de máxima seguridad conocida como El Agujero del Infierno, Dennes confiesa estar arrepentido por el crimen cometido en el año 1996, aunque advierte no querer regresar jamás a este mundo y que acepta su condena por haber “quitado una vida”.
“Hay gente aquí (en la cárcel) que no se han perdonado por los crímenes que han hecho, han matado a sus hijos, y todas esas cosas, pero uno tiene que aceptar el perdón o no puede seguir viviendo”, declaró el reo.
Nacido en el poblado de Arroyo Naranjo, en La Habana, emigró junto a su padre hacia Miami en 1959. Él y su hermano, cómplice del robo en cuestión, habían sido entrenados por su progenitor en el arte de la joyería.
El 24 de enero de 1996, ambos asaltaron un local de venta de joyas en Houston y asesinaron a sangre fría al propietario del establecimiento. Durante el robo también resultó herido de gravedad un guardia de seguridad que logró sobrevivir. “Yo soy culpable, porque yo hice las cosas”, apuntó el recluso en la reciente entrevista con los reporteros de Telemundo, la primera que ofrece a la prensa local.
“¿Qué me den otro chance? No, no quiero”, subrayó. “Yo lo que quiero es ya salir de este mundo. Cualquier cosa que quieran recibir con mi muerte, pues que se pongan alegres, pero eso no dará alegría a nadie. La muerte del otro no da alegría a nadie”.
Cubano pena muerte
Esta serie de reportajes fueron titulados Dilema de vida o muerte, y resulta una especie de compendio investigativo sobre el tema de la pena capital y la cadena perpetua en Estados Unidos. Específicamente, Texas destaca como el estado con mayor índice de ejecuciones desde 1976, con un total de 1331 presos sentenciados a pena de muerte.
Desde el corredor de la muerte, el cubano confiesa que “el castigo más grande es dejar a la gente vivir. Yo no quisiera vivir en la prisión. Si es la voluntad de Dios, la acepto, pero no quisiera. Estoy preso en mi cuerpo, mi mente es libre, pero como quiera que sea, estoy preso”, añadió Dennes, que recibirá una inyección letal y que representa el único cubano de la prisión sentenciado a muerte en estos momentos.
Arrepentido cubano
“Yo tenía un negocio, casa, carro, dinero y todo, pero no tenía felicidad. La droga me tenía bien loco. Mi alma estaba llorando por tener felicidad. Desde el día que me arrestaron comenzó a cambiar mi vida”.
“Me arrepiento de todo. Yo era más valioso que todo eso. La gente se vuelve loca por los diamantes, el oro y todo eso es basura”.
Durante estos 27 años encarcelado, Dennes se ha dedicado a aprender idiomas y a elaborar diferentes obras de arte. Solo le permiten tomar aire en un espacio libre una vez al mes y toma baños dos veces por semana. También precisó que está dispuesto a donar cualquier órgano de su cuerpo para salvar otras vidas.