Luego de haber sido extraditado desde España, el conocido empresario de origen cubano Manuel Marín, expropietario de la cadena Presidente Supermarket, está siendo juzgado esta semana en Miami por haber mandado a asesinar al amante de su esposa.
Los hechos tuvieron lugar en 2011 cuando la policía halló el cuerpo de la víctima Camilo Salazar, un diseñador de interiores quien presuntamente mantenía una relación amorosa con su entonces pareja Jennifer Marín.
La investigación de la policía de Miami-Dade determinó que el teléfono celular de Marín se encontraba muy cerca de la escena del crimen y que habría huido inmediatamente hacia España cuando el cuerpo fue encontrado en Okeechobee Road, cerca de los Everglades totalmente quemado.
Los fiscales agregan que Marín poseía un yate multimillonario y una mansión frente a la bahía, y que dos días después del hallazgo del cadáver, abandonó a su mujer y a sus cuatro hijos convirtiéndose en fugitivo del FBI.
Acorde al testimonio de Jenny Marín, su esposo se le habría enfrentado tras conocer de la aventura y unos meses después, cuando la familia hizo un viaje en su yate a Bimini, en Las Bahamas, le advirtió de la “desgracia” que les ocurriría.
Los agentes también arrestaron a Roberto Isaac, Alexis Vila Perdomo y Ariel Gandulla por haber cometido el secuestro de Camilo Salazar, de 43 años, en Coconut Grove y luego torturarlo y asesinarlo usando gasolina para incinerarlo.
Enjuician a empresario cubano de Miami
Un reporte de la agencia EFE identifica a Alexis Vila Perdomo como exmedallista olímpico cubano, en los Juegos Olímpicos de Atlanta (1996), y a Roberto Isaac como su entrenador, que fueron condenados a 15 años de prisión y a cadena perpetua, respectivamente. Por su parte, Gandulla fue sentenciado a tres años de cárcel tras declararse culpable de secuestro en el caso.
De acuerdo con la intervención del fiscal estatal adjunto de Miami-Dade, Jonathan Borst durante el juicio el cadáver presentaba “la garganta cortada. Muñecas y manos atadas con un cinturón. Cara y manos muy golpeadas, fracturadas. Prendido fuego. Carlos Salazar no solo fue asesinado, fue torturado”.
Sin embargo, la sentencia de Marín se había retrasado debido a la pandemia. El detective retirado de Miami-Dade William Hladky durante su testimonio ante el tribunal aseguró que el teléfono de Marín “hizo ping en una torre que estaba situada justo al norte de la escena del crimen”, una evidencia que ahora está siendo usada en su contra.
En tanto, el empresario está siendo juzgado por un complot de asesinato por encargo en segundo grado y conspiración para cometer secuestro y asesinato. La Fiscalía de Miami-Dade señaló hace dos años que el crimen involucró temas de “dinero, infidelidad, furia, conspiración y homicidio” y podría ser sentenciado a cadena perpetua.