Las vacaciones de primavera o Spring Break en Miami Beach puede que lleguen a su término para el próximo año o al menos serán mucho más limitadas. Las intenciones de la gobernanza de la ciudad son de frenar la ola de violencia derivada por la ingesta de alcohol a altas horas de la madrugada.
Los recientes tiroteos de la semana pasada, en el que resultaron muertas dos personas, además de un herido, pusieron sobre la mira del alcalde Dan Gelber el referido receso primaveral, una época del año en el que llegan a la ciudad un cúmulo significativo de personas.
“Estamos haciendo todo lo posible para decirle al mundo que no queremos eso aquí”, dijo públicamente el líder político tras la reunión especial de la Comisión de la ciudad y agregó que la situación vivida en Ocean Drive resulta imposible de ignorar.
Al respecto, Gelber destacó que a pesar del amplio despliegue policial en la zona y el toque de queda establecido para la venta de bebidas alcohólicas, los incidentes no pudieron evitarse. También argumentó que los propios vecinos son los que han pedido el fin de las Spring Break.
En marzo de 2024 se tomarán medidas mucho más drásticas para frenar la violencia y los hechos vandálicos en Miami Beach.
Vacaciones de primavera en Miami Beach
Por ejemplo, la comisión también acordó limitar las ventas de alcohol tanto dentro como fuera de las locales durante el mes de marzo del año venidero y establecer un “perímetro seguro alrededor de Ocean Drive y el parque Lummus“.
“Vamos a tener un toque de queda, vamos a tener restricción en la venta de bebidas alcohólicas”, dijo al respecto el comisionado Alex Fernández, defensor de eliminar en la zona el consumo de alcohol.
“No podemos permitir que sigan regresando a nuestra ciudad esta cantidad de personas que se apoderan de las calles, no respetan las leyes, no respetan a la policía, y no respetan la vida de un inocente”, agregó.
Mientras tanto, el alcalde Gelber fue mucho más categórico que los demás comisionados y propone cancelar los Spring Break en la ciudad, alegando que representan un peligro para turistas, universitarios y ciudadanos, a pesar de que la medida no ha sido bien vista por los propietarios de negocios locales.