La escasez de alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad en Cuba es innegable. La única vía en que se logra suplir la alta demanda es mediante las grandes pacas que llegan a los aeropuertos, gracias a viajeros que visitan a sus familiares o las llamadas “mulas” que los importan fundamentalmente desde Estados Unidos y Latinoamérica.
La propia Aduana de Cuba ha reconocido que la mayoría de los pasajeros que entraron en el último año lo hicieron acompañados de cuatro o cinco equipajes repletos de mercancía gracias a los “beneficios arancelarios” de exención de pago para algunas categorías de importación.
Más del 50 % del total de equipajes facturados en este período contenía los productos autorizados por el gobierno cubano y más del 85 % de los viajeros que arribaron a la Isla transitaron por el canal verde que no establece impuestos por sobrecarga de mercancía. En menos de 35 minutos estos viajeros reciben vía libre para salir de las terminales.
En diciembre pasado se anunció una extensión para la exención de aranceles a la importación de medicamentos, alimentos y aseo, medida que estará vigente hasta el 30 de junio de 2023.
Equipajes para Cuba
Lógicamente, las autoridades del país se percataron de que resulta una de las vías más efectivas para solventar la crisis que sufre el pueblo cubano, ante la incapacidad del estado para abastecer las tiendas y farmacias en moneda nacional.
Esta resolución aclara específicamente que estarán libres de pagos aduaneros aquellos productos que sean importados “sin carácter comercial” y “por la vía de pasajeros como equipaje acompañado sin límites en el valor y cantidades”.
No obstante, el gobierno tiene conocimiento de que muchos de estos artículos suelen ser revendidos en el mercado informal del país, aunque se hace de la “vista gorda” con tal de que los cubanos no vuelvan a lanzarse a las calles como ocurrió el 11 de julio de 2021, razón principal del cambio de regulaciones en medio de la crisis sanitaria agravada en aquel entonces.