“Me quitaron hasta la chequera”, dijo anciana cubana de 82 años que cruzó Río Bravo

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Conoce la historia de la anciana cubana de 82 años que cruzó junto a su nieto el Río Bravo. Marta ha revelado que la vida en Cuba estaba siendo muy difícil para ella y tomó la decisión de emprender el camino hacia Estados Unidos a pesar de los peligros que encontrara en el viaje.

La proeza de la anciana cubana llamada Marta ha conmovido las redes sociales por estos días. La abuela de 82 años logró cruzar el Río Bravo con su nieto Andris, paso que le ha quitado la vida a cientos de emigrantes.

Sin embargo, Marta ha revelado que la vida en Cuba estaba siendo muy difícil para ella y tomó la decisión de emprender el camino hacia Estados Unidos a pesar de los peligros, sus problemas de salud y su ya avanzada edad.

“A mí me quitaron hasta la chequera, me dejaron sin nada”, dijo la anciana. “La realidad es la política … bueno, nosotros allá no tenemos libertad para expresar lo que sentimos”, agregó.

Como muchos otros cubanos, ambos salieron de Cuba hacia Nicaragua, travesía que, según confiesa Marta, fue bastante complicada.

“Tuvimos muchas dificultades, pero al fin llegamos”, argumentó. “Cuando me encontraron yo pensaba que me iba a morir, me dieron agua, me pusieron agua, yo los busqué y los llamé”, siguió diciendo.

La historia de la anciana cubana

Muchos cubanos dentro y fuera de la isla apoyaron en las redes la travesía de la abuela y el hecho de que el nieto decidiera llevarla con él y no dejarla sola en la isla, donde la vida se hace aún más difícil para las personas de la tercera edad.

Sobre todo ante la ausencia de medicamentos, las largas filas para obtener alimentos y la nula disponibilidad de artículos de primera necesidad en pesos cubanos.

“Que tristeza que esa señora a su edad tenga que estar pasando por eso. Gracias a Dios que están bien, les deseo mucha suerte en los años que le quedan junto a su nieto y familia”, posteó uno de los usuarios al pie de la noticia, compartida por Telemundo.

Hace poco menos de una semana que otro abuelo también de 82 años logró cruzar la frontera para reencontrarse con sus familiares. La experiencia demuestra que no existe una edad determinada para emigrar en busca de mejorías económicas y garantías sociales.

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