El reguetonero cubano José Manuel Carbajal Zaldívar, mejor conocido como El Taiger, tuvo que realizar un vuelo repentino con urgencia desde Miami a La Habana porque su abuela “llevaba una semana sin querer comer y la iban a ingresar a ver que tenía”, según explicó en una publicación de sus redes sociales.
El músico aseguró que trataría de sacarla del Hospital Calixto García porque desconfía de las atenciones que pudiera recibir la anciana en este centro de salud, donde le han advertido que existen faltas de medicamentos y que la alimentación es pésima.
“Antes que me la maten ustedes los mato yo”, precisó el Taiger junto a una foto con su abuela tras su llegada a Cuba. “A ella la mata el café y ni eso quería, nadie se atrevía decirme… Un hermano que llamaron para recogerla y llevarla (al hospital) fue el que me llamó y me dijo José, a la vieja la ingresan mañana a las 2 pm en Calixto para hacerle estudios. No quiere comer nada, está totalmente cabizbaja”, explicó.
Taiger en La Habana por urgencia
Más adelante en el post refirió que tuvo que detener por el momento la grabación de su álbum: “Metí tres trapos en una maleta y aterricé en La Habana sin decir ji. Llegué al hospital cuando ya estaba en la sala de ingreso, desde que me vio sé que le vino el alma al cuerpo. La cargué y cuando la iba sacar alguien me dijo no te la puedes llevar, hay un protocolo”, lamentó.
A pesar de la negativa, el artista decidió sacarla en brazos del hospital y atenderla por su cuenta: “Aquí en esta foto ya le había dado de comer y bañar y parece otra persona. No hay mayor cura que tener a tu familia en tus manos. Cuida de tu gente que si no eres tú no es nadie. Estoy aquí pa´ los míos, quiénes son ustedes para criticarme. Ustedes no son ni serán nadie”, concluyó.
“Pronta recuperación y si puedes sácala del Calixto manito”, le comentó el reguetonero Yomil Hidalgo, quien había despedido a su amigo y acompañante El Dany en el mismo hospital.
Otros cubanos aplaudieron su decisión y alegaron que, efectivamente, las condiciones de este y otros centros de salud de la capital resultan deplorables.