Pagarse gustos demasiado caros resulta un buen indicio de bonanza económica. Sin embargo, cuando no se cuenta con un empleo que respalde estos lujos puede llegar a llamar la atención de la policía federal.
Tal fue el caso de una mujer de Florida identificada como Daniela Rendón quien adquirió un auto de la marca Bentley Bentayga valorado en más de 180 mil dólares americanos. Y no solo esto, también pagó por procedimientos dermatológicos cosméticos, renovó sus zapatos de diseñador y se alquiló un apartamento de lujo en Biscayne Bay.
Todos estos gastos encendieron las alarmas de los investigadores tras la pista de posibles fraudes en programas de préstamos por el C0VID-19 que el gobierno federal entregó a empresas en dificultades durante la pandemia.
Precisamente, esta joven de 31 años, había solicitado la ayuda del Programa de Protección de Nómina (PPP) de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA) pero no utilizó el dinero para pagar a sus trabajadores ni para gastos generales según exige la ley.
De acuerdo con el reporte de la policía, citado por El Nuevo Herald, Daniela Rendón “presentó solicitudes de préstamo falsas a prestamistas de Nueva Jersey e Idaho, falsificando los ingresos de su empresa, la nómina, el número de empleados, el costo de las mercancías vendidas y la información fiscal del IRS, con el fin de poder acogerse a los beneficios de la asistencia por el C0VID-19”.
Se compra un lujoso auto y termina en la cárcel
Además, habría ideado un plan para que un procesador de nóminas de Nueva Jersey le emitiera cheques de nómina a su favor, para miembros de su familia y amigos en beneficio personal.
Por estas razones, Rendón fue llevada ante la corte en el tribunal federal de Miami y si es hallada culpable podrá enfrentar hasta 20 años de prisión.
A la joven se le acusa de siete cargos de fraude electrónico, dos cargos de lavado de dinero y un cargo de robo de identidad con agravantes.