La marcada migración de latinos a la Ciudad del Sol ha condicionado que aparezca una nueva jerga a la que algunos expertos les ha dado por nombrarla como “inglés miamense”.
Resulta que las modificaciones al idioma inglés, unido al español que se habla en varias regiones de América Latina, condiciona que muchas personas se expresen a menudo en una especie de “spanglish”.
Un análisis lingüístico citado por agencia EFE confirma que ciertas expresiones de Miami son evidencia del surgimiento de un dialecto del inglés que articula expresiones determinadas por el castellano en generaciones bilingües.
Por su parte, la propia Florida International University (FIU) confirma en un estudio que este es el resultado de un fenómeno que ocurre cuando dos idiomas entran en estrecho contacto.
Principalmente, el inglés miamense está siendo practicado por cubanoamericanos de primera generación nacidos en Cuba y que emigraron a Miami después de los 12 años
“Realizar una investigación como esta es un recordatorio de que no hay palabras ‘reales’ o ‘simuladas’. Solo hay palabras y todas provienen de algún lugar”, señala el lingüista de la FIU Phillip Carter, autor del estudio.
Estos expertos en idioma describen que, en este caso, los dichos en español están siendo “prestados” y traducidos directamente al inglés y después utilizados por generaciones bilingües.
Inglés en Miami
Carter habla en su análisis de los llamados “calcos”, que surgen cuando un hablante traduce directamente una expresión de un idioma, considerado el “de origen” a otro.
Como ejemplos concretos se citan “bajar del carro”, que se convierte en “get down from the car” y no “get out of the car”. También la frase “una empanada de carne” se cambia por “meat empanada” en lugar de la más común “beef empanada”.
“Esto muestra que los miamenses evalúan ciertas frases de manera diferente y no las ven como gramaticalmente incorrectas”, agregó Carter quien también expone como ejemplos “super hungry” (“súper hambriento”) que, aunque suenan inadecuados para los ciudadanos del resto de EE.UU., en Miami son considerados como “perfectos” o “correctos”.