Tras el arresto de un cubano que administraba una casa de recuperación quirúrgica, las autoridades policiales de Miami han mostrado su preocupación por las posibles consecuencias que implica pagar por un servicio a personas que operan sin licencia médica.
El reporte de la policía precisa que este hombre nombrado como Danger Del Campo-Riera, de 39 años, poseía una vivienda en Southwest 76th Terrace en el área de Sunset donde albergaba a pacientes tras realizarse determinadas intervenciones.
Esta actividad está considerada como ilegal, por lo cual enfrenta 70 cargos por operar un centro de vida asistida sin licencia, uno por cada noche que cada “cliente” habría pasado en el hogar. Tras su detención, fue trasladado al Centro Correccional Turner Guilford Knight.
De acuerdo con el por el portal Local 10 News, “algunas casas de recuperación postoperatoria sin licencia han demostrado ser un peligro en el sur de la Florida”. Entrevistas a mujeres que se recuperaban de cirugías estéticas arrojan que muchas de estos establecimientos muestran condiciones insalubres y tratos inadecuados.
Un cubano sin licencia médica es apresado en Miami
Hace algunos meses, otra mujer fue arrestada por la policía de Miami-Dade y acusada de varios cargos graves por dirigir un centro de recuperación postoperatoria sin licencia desde su casa de Miami Lakes.
Esta norteamericana, identificada como Charlie Butler trabajaba con otros empleados de origen latino y cobraba a los pacientes 200 dólares por noche por los cuidados personales.
En cuanto al caso específico del cubano arrestado recientemente, el informe policial indica que “los oficiales registraron la basura en la casa y encontraron numerosas almohadillas sucias de sangre, guantes desechados y pedazos de calcetines de compresión, consistentes con los suministros que uno encontraría en una casa de recuperación postoperatoria”.
Tras penetrar en la vivienda, los agentes arrestaron a Del Campo-Riera junto a su cómplice Yaima Rabi-Álvarez, de 40 años, y hallaron a ocho mujeres en diferentes etapas de recuperación, que revelaron que les habían cobrado entre 1,400 y 1,650 dólares por la estadía.
También obtuvieron declaraciones de una empleada doméstica nombrada Sayonara que asistía a los pacientes con la higiene personal, la comida y los medicamentos.