Contar en la vida con una perspectiva optimista te permite enfrentar obstáculos que a corto o mediano plazo pudieran presentarse en tu vida. Sin embargo, ¿es bueno ser optimistas todo el tiempo?
Se dice comúnmente que todos los extremos son malos, y la tendencia del positivismo desmesurado no escapa de ello. Recientemente, se ha advertido sobre los peligros del “optimismo ilusorio”.
Si bien tener una proyección optimista ante el mundo puede resultar muy provechoso, llevar una vida con una actitud demasiado positiva pudiera llegar a ser tan perjudicial como hacerlo de una forma negativa.
Explica la psicóloga y escritora Celia Antonini, en su libro GPS Mental, según reseña Infobae: “parece mentira que ser optimistas pueda causar alguna clase de inconvenientes. Por lo general, estamos acostumbrados a ver en televisión, libros de autoayuda, frases en Facebook y afiches en la calle que nos venden las ventajas de ser optimistas, pero ser optimista de manera no inteligente provoca tantos inconvenientes como no serlo”.
En este sentido, la especialista agregó que “el exceso de optimismo o el optimismo desenfrenado generan una importante distorsión y es muy mal visto por los otros, incluidos aquellas personas que se consideran optimistas y realistas”.
¿DEMASIADO OPTIMISTA?
De acuerdo al citado artículo, la distorsión de la realidad sucede casi siempre tanto en la parcialidad del pesimismo como en la parcialidad del optimismo. En la psicología este comportamiento se define como el “optimismo ilusorio”.
De modo que, la experta Antonini añade que “el optimismo inteligente sabe que las cosas no están bajo nuestro control y que en algunas circunstancias es mejor ser prudente”.
“Hay muchos aspectos de nuestra vida que no podemos controlar y eso hay que saberlo ver y enfrentarse a la adversidad con una actitud aceptadora, es la clave de la vida”, precisó.
Para la especialista, lo importante es saber reconocer que en algunas ocasiones una pequeña transformación desde nuestro punto de vista llega a tener más efecto en la forma en la que se enfrenta la vida cotidianamente.