Ola migratoria. No todos los migrantes que han llegado en el último año a la Florida encuentran un sitio donde radicarse inmediatamente. Si bien hay quienes afirman ante las autoridades del país que cuentan con familiares en la región para conseguir el asilo, luego quedan totalmente desamparados.
El impacto de la ola migratoria se ha notado principalmente en el condado de Miami Dade donde existen cientos de personas en condición de calle. Un reporte de Diario Las Américas se acercó al tema en conversaciones con Ron Book, presidente de Homeless Trust y Malena Legarre, fundadora de la organización Hermanos de la Calle.
En ese sentido, Book señala que son muchos los migrantes necesitados actualmente de ayuda por parte de estas organizaciones que suelen proveerles refugio, viviendas o alimentación temporal hasta que puedan reformar su status en el país.
“Tenemos unas 1.100 personas desamparadas, viviendo en las calles del condado, sin albergues, ni refugios”, precisa el entrevistado. “Sostengo que no podemos priorizar a las personas que llegan con grandes necesidades y atenderlos por delante de quienes han estado esperando durante algún tiempo para recibir nuestros servicios”.
Ola migratoria en Florida
A pesar del trabajo que realizan estas organizaciones sociales en Florida, el número de migrantes en condiciones de calle se ha incrementado en los últimos meses. Solamente en 2022 se acogieron unos 50 millones al Home Plan de la alcaldesa Daniella Levine Cava que propone la construcción de viviendas asequibles.
Además, existe otro problema acuciante: “Tenemos grandes dificultades para sacar a las personas de los albergues y conseguirles una vivienda. ¿Cómo podemos asimilar más desamparados?”, reconoce Book.
Aunque se ha iniciado la construcción de unas 600 unidades habitables, estas no estarán listas inmediatamente, además de que existe una larga lista de personas optando de antemano por estas viviendas.
En el caso de la organización Hermanos de la Calle, la misma provee alojamiento en 18 viviendas habilitadas para migrantes. “Son alquiladas, pero no tienen que pagar ni entrada, ni mes de fianza. Muchas veces, incluso, bonificamos el primer mes”, aseguró al medio Malena Legarre.
“Quienes no pueden pagar, les tratamos de encontrar un refugio o un albergue. A otros con problemas más concretos de salud, los dirigimos a centros de rehabilitación, desintoxicación, o salud mental. También ayudamos a los deshabilitados a preparar su documentación con HomelessTrust para que les puedan asignar una vivienda cuando haya disponibilidad”, agrega Legarre.
Aun así, las cifras confirman que existen en Miami-Dade entre 3.500 y 4.000 personas en situación de desamparo y unas 1.000 aún se encuentran sin albergues.