Lo que ocurre en Cuba es una contradicción entre el discurso oficial y la realidad de la población. Mientras el gobierno organiza un festival gastronómico en Varadero, donde se exhiben productos y servicios de lujo, los cubanos sufren la escasez y el desabastecimiento de alimentos básicos, que ni siquiera se garantizan por la vía del racionamiento.
El Festival Internacional Varadero Gourmet, que se celebra desde este miércoles hasta el sábado en el Centro de Convenciones Plaza América, es una muestra de la doble moral del gobierno cubano, que pretende atraer a los turistas con una oferta culinaria que no refleja la realidad del país.
Según la estatal Agencia Cubana de Noticias, el evento tiene como objetivo “promover la excelencia en los servicios gastronómicos y enológicos, así como estimular la creatividad y el intercambio de experiencias entre los profesionales del sector”.
Sin embargo, mientras los chefs y sommeliers exhiben sus habilidades y conocimientos, los cubanos tienen que hacer malabares para alimentarse, pagando precios exorbitantes por productos de primera necesidad, como los huevos, que superan el salario mínimo mensual de 2100 pesos.
Alimentación en Cuba
Según el Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), la canasta familiar normada está incompleta y con retrasos en su distribución en varias provincias, incluyendo Santiago de Cuba.
En esa ciudad oriental, solo se está entregando carne de res para los niños y las dietas médicas, sin planificación de pollo ni carne en conserva para septiembre. Tampoco hay café ni aceite disponibles, y los granos y el arroz escasean en muchas bodegas. El azúcar se ha reducido a tres libras por persona este mes, y se prevé que siga así en octubre.
Esta es la realidad que vive el pueblo cubano, que no tiene acceso a los productos y servicios que se ofrecen en el festival gourmet de Varadero, donde se promueve una imagen falsa y elitista de la gastronomía cubana. Es una burla y una ofensa a la dignidad de los cubanos, que merecen una alimentación adecuada y variada, sin depender de la caridad o la suerte.