En una conferencia de prensa reciente, Ricardo Eizmendiz, jefe técnico de la Comisión Nacional de Béisbol, presentó los resultados obtenidos de la aplicación del sistema ‘strike zone’.
Según los análisis, se observa una mayor frecuencia de las rectas que de los rompientes, lo que indica una falta de variedad en el repertorio de los lanzadores. Además, se evidencia una baja velocidad de las rectas, con promedios de 84 millas por hora para los derechos y los zurdos, y máximas de 94 y 93 mph respectivamente.
Otros datos relevantes son las 33 expulsiones de jugadores y las 31 solicitudes de replay, de las cuales 19 fueron favorables a los árbitros y 12 a los directores.
Eizmendiz afirmó que estos datos se utilizan cada vez más para planificar y desarrollar los partidos, lo que supuestamente contribuirá a mejorar la calidad del juego en el futuro. Sin embargo, esta afirmación genera dudas entre especialistas y aficionados, que han presenciado el deterioro del béisbol en Cuba.
Al referirse a la pésima defensa del torneo invernal de béisbol cubano, el directivo señaló que hoy se “preocupan más por la ofensiva”. “No solo son los jugadores jóvenes, hay deficiencia en la anotación nacional, no dicen si los errores son en tiros, en fildeos”, agregó.
En su opinión, hoy lo principal de un equipo es la defensa, luego el picheo y por último el bateo.
LIGA ÉLITE DEL BÉISBOL CUBANO
Asimismo, aclaró que “no se hacen los entrenamientos como deben hacerse”. “Años atrás había un ‘fongueador’ y durante los lanzamientos de calentamiento del picheo se daban rollings con el bate y hacían su defensa. Eso lo quitamos de los entrenamientos, no sé quién lo quitó, pero ayudaba”, dijo.
Por su parte, Juan Reinaldo Pérez Pardo, comisionado nacional de este deporte, expresó su confianza en que la Liga Élite atraiga a la numerosa afición cubana, y que los play-offs sean una gran celebración en enero.
Reconoció que hay aspectos que mejorar en el torneo, pero que es fundamental y que poco a poco se ganará el aprecio de los amantes del beisbol.
Estas declaraciones contrastan con la opinión popular, que ve con escepticismo el desempeño de la Liga Élite y el futuro del béisbol cubano.