Una polémica sobre la construcción en el Vedado de La Habana, del hotel más alto de Cuba, el llamado “K 23” ha encendido las redes sociales en los últimos días.
Varios arquitectos cubanos se han involucrado a la interrogante de si la obra está siendo bien ejecutada o no. La nueva instalación hotelera tendrá más de 150 metros de altura.
En primera instancia, el arquitecto cubano, Rafael Muñoz, radicado en Berlín, calificó la obra como “un mal parto” y mostró algunos “puntos oscuros” que desde la distancia él avistó en la construcción. Muñoz refiere que aunque la inversión es costosísima, el hotel se está haciendo “al trozo”, aparentemente.
“La construcción de un hotel no es noticia en ningún lugar del mundo. Ni siquiera en Cuba lo había sido antes. Sin embargo, la construcción de la torre en medio de El Vedado habanero parece ser un mal parto. Ha empezado mal y no parece ir a mejor”, señaló el especialista en sus redes y recogen varios medios especializados, como Reportur.
El edificio debe superar 154 metros de altura y los 42 pisos, de lo que será un nuevo hotel “cinco estrellas” en el centro del vedado capitalino. Una construcción tan céntrica ha llamado la atención de varias personas y la polémica estalló.
“La reparación es costosa y requiere de materiales y resinas especiales si se hace bien. Lo malo de las cucarachas es que solo puedes ‘tapar’ los huecos que quedaron a la vista, sobre la superficie. Pero ¿Y los que no se ven? ¿Las que quedaron en medio del hormigón?”, agregó este arquitecto.
“Las luces y las sombras en una pared vertical son siempre señal de que algo no fue según lo planeado. Ya dirá alguien que va a ser revestida y no se ve, pero no deja de ser una mala calidad del vertido, un hacer las cosas ‘al trozo modo’”, siguió diciendo.
HOTELES EN CUBA, OTRA VISIÓN
Por supuesto, a esta visión, se le agregó otra contraria, de alguien vinculado directamente en la ejecución del hotel capitalino. Se trata del arquitecto cubano Alejandro Manuel Silva González, miembro del proyecto del “K 23”. En sus redes sociales, el especialista defendió la calidad de la obra.
“Formo parte del equipo de ingenieros que ha elaborado el proyecto de estructura y que durante más de dos años ha realizado controles de autor al menos una vez a la semana”, dijo Silva González en su perfil oficial de la red social Facebook.
“El control de la calidad es riguroso y constante, aplicándose lo establecido en las normas cubanas y extranjeras. La diferencia de color entre los elementos se debe a la aplicación de diversas fórmulas y aditivos, todas aprobadas y validadas”, agregó este arquitecto.
La polémica no terminó ahí. Algunos internautas validaron las palabras de este especialista, pero otros cuestionaron la inversión del gobierno cubano en hoteles para el turismo, mientras la situación de las viviendas en La Habana y el resto del país es caótica.
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