En Cuba, la falta de medicamentos es un problema grave que afecta a millones de personas que no pueden acceder a los tratamientos que necesitan para su salud. La escasez se debe a varios factores, como el embargo, la ineficiencia del propio gobierno, la corrupción y la mala gestión de los recursos.
Ante esta situación, muchos cubanos recurren al mercado negro para comprar medicamentos, ya sean importados o producidos en el país. Estos medicamentos se venden a precios muy elevados, que superan con creces el salario promedio de la población. Además, no hay garantía de su calidad, procedencia o seguridad.
Los vendedores de medicamentos ilegales usan las redes sociales como Facebook y Telegram para ofrecer sus productos y contactar con los compradores. Algunos de ellos aseguran que lo hacen por solidaridad con los enfermos, pero otros se aprovechan de la necesidad y la desesperación de la gente.
Entre los medicamentos más demandados y escasos en Cuba se encuentran los antibióticos, los analgésicos, los antidepresivos, los anticonvulsivos y los antihipertensivos. Estos fármacos son esenciales para tratar enfermedades crónicas o agudas que pueden poner en riesgo la vida de las personas.
La activista María López denuncia que la única forma de conseguir estos medicamentos es acudiendo a los vendedores clandestinos, que tienen sus puestos en las calles o en las casas, reporta América Tevé.
PRECIO DE MEDICAMENTOS EN CUBA
Ella misma ha tenido que comprar alprazolam, un ansiolítico cubano, por 700 u 800 pesos, cuando su precio oficial es de 5 pesos.
López critica que el gobierno cubano no garantice el derecho a la salud de sus ciudadanos y que no haga nada para resolver el problema de la escasez de medicamentos. Ella pide que se abran las fronteras para que puedan entrar medicinas de otros países y que se permita la libre importación y exportación de fármacos por parte de los particulares.
Una encuesta del proyecto Cubadata confirmó las dificultades en el acceso a medicinas en Cuba. Más de la mitad de los cubanos encuestados (55,8%) calificó de “imposible” conseguirlas.