El aumento de los precios de los combustibles y la electricidad en Cuba es una realidad que afectará a millones de ciudadanos a partir del próximo mes.
El Gobierno cubano justifica esta medida como parte de su plan de reforma económica, que busca eliminar la doble moneda y los subsidios estatales, y estimular la producción y el consumo.
Sin embargo, muchos expertos y analistas consideran que este ajuste es insuficiente y tardío, y que tendrá un impacto negativo en el poder adquisitivo de la población, que ya sufre una escasez crónica de alimentos, medicinas y otros bienes básicos.
Según anunció el ministro de Finanzas y Precios, Vladimir Reguero, en la Mesa Redonda, el precio del litro de gasolina regular se multiplicará por cinco, pasando de 25 pesos cubanos (CUP) a 132 (1,10 dólares).
La gasolina especial costará 156 CUP (1,30 dólares) y el diésel regular 150 CUP (1,25 dólares). Estos precios son muy elevados si se tiene en cuenta que el salario medio en Cuba es de unos 2.000 CUP (unos 80 dólares).
Además, el ministro de Energía y Minas, Vicente La O Levy, informó que las tarifas eléctricas subirán un 25% para los consumidores que superen los 500 kilowatts/hora al mes.
SUBEN PRECIOS EN CUBA
También se incrementará en la misma proporción el precio del gas licuado, que se utiliza para cocinar en muchos hogares. A partir de marzo, la bombona de gas costará 225 CUP (unos 9 dólares).
Muchos cubanos temen que estas medidas provoquen una inflación descontrolada y una mayor desigualdad social. Algunos sectores como el transporte, la agricultura y el comercio se verán especialmente afectados por el alza de los precios de los combustibles.
Asimismo, muchos ciudadanos tendrán dificultades para pagar sus facturas eléctricas y de gas, sobre todo en un contexto de apagones frecuentes y baja calidad del servicio.
