Con globos, carteles, flores y muchos abrazos suelen recibir los familiares en Miami, Estados Unidos a los cubanos que han sido beneficiados con el “parole” después del cierre de fronteras. Para muchos ha sido el sueño de su vida cumplido y otros jamás creyeron que lograrían salir de Cuba en algún momento.
El “parole” no es solo un permiso, también se deriva del propio sacrificio de los emigrados. Es más que el hecho de recibir a un allegado en un nuevo hogar porque simboliza un ofrecimiento desinteresado de aquellos que pudieron emigrar antes.
Cerca de un centenar de cubanos han llegado a Estados Unidos en apenas un mes desde que se anunciara la posibilidad de optar por un patrocinio e ingresar al país de forma legal y sin necesidad de la larga travesía por Centroamérica.
Cubanos llegan con parole a Miami
En imágenes compartidas por cadenas televisivas locales como América Tevé se nota la felicidad de los migrantes que lloran de alegría al encontrarse con los suyos.
“Esto es lo más grande que me haya podido pasar”, dijo un cubano en entrevista con Mario Pentón y aseguró que hacía cuatro años que no veía a su mamá. “Acabo de llegar y ya estoy recibiendo a mi familia”, confesó con emoción otra persona.
“Yo me quedé varado en México y pensé que ya no tenía otra opción, pero mi hermano en Estados Unidos me aplicó por el parole y me llegó en cuestión de dos días”, aseguró otro joven.
Las propias declaraciones de los recién llegados a los medios confirman que se sienten como privilegiados al haber sido elegidos por el programa.
Sus familiares también agradecen la prontitud de la respuesta: “Fue bien pronto, el 16 se subió la aplicación, ese mismo día aprobados y al día siguiente todos tenían permiso de salida”, dijo al medio una cubana que recibía en el aeropuerto a un grupo de seis beneficiados.