La nueva ola migratoria de cubanos, por números, superior a la del Mariel en la década de 1980, tendrá influencia en las zonas donde más suelen residir los caribeños en los Estados Unidos: al sur de Florida.
Las cifras de cubanos que han llegado a los puntos fronterizos de los Estados Unidos durante el último año fiscal (desde octubre pasado) sobrepasan las 157 000 personas.
Aunque muchos son repatriados a la Isla, luego de emigrar hacia Estados Unidos, “el camino, en general, ya está trazado”, según señala La Nación.
Teniendo como precedente el éxodo del Mariel, es previsible que muchos cubanos se establezcan en las ciudades de Miami-Dade.
De ellas, sobresale Hialeah, “donde el 75% de los habitantes es de origen cubano”, de acuerdo a un informe de BBC.
Sobre el posible impacto de esta ola migratoria, el Alcalde Esteban Bovo declaró al Nuevo Herald:
“Representa un importante flujo de personas que “tarde o temprano va a reventar (…) una forma de medir este fenómeno es a través del aumento en las inscripciones de los colegios”.
Hay que recordar que en declaraciones ofrecidas a medios locales en marzo pasado, ya había señalado que la ciudad enfrentaba disímiles retos como el acceso a la vivienda, la salud, el transporte público e incluso hasta el agua potable.
El reto está planteado.¿Será capaz la actual administración de Hialeah de enfrentar una ola migratoria cubana en tiempos de crisis económica e inflación mundial?
Ola migratoria de cubanos: ¿qué pasará en Hialeah?
Para Bovo, Hialeah no escapa de la subida de los alquileres y es una problemática bastante complicada de oferta y demanda.
“Cuando hay una demanda tan grande y no hay suficiente para ofrecerle al pueblo, vemos esas subidas en los alquileres”, comentó.
Por otro lado, en lo que se refiere al empleo, si cada migrante busca mejoras económicas con la imperiosa necesidad de producir es posible que una gran parte se dedique a oficios informales como tareas de limpieza, cuidados de niños y ancianos o atención de cafeterías.
Muchos migrantes ante este problema se están acercando a las iglesias, las cuales con sus proyectos comunitarios de ayuda han asumido parte de la situación, pero no es suficiente.
Representantes de la Iglesia San Lázaro contaron al Herald que el flujo de migrantes que pasan por sus instalaciones es constante.
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