Son varios los países latinoamericanos que han defendido la idea de crear una moneda común para el centro y sur del continente y que funcione tal y como lo hace la europea desde 2002.
La puesta en práctica del llamado “euro latino” puede estar más cerca que nunca y ya Argentina y Brasil se encuentran en trabajos preparatorios.
Se cuenta que el primero en apostar por la moneda digital que sería emitida por un Banco Central Sudamericano fue el presidente brasileño Lula Da Silva, quien propuso la creación de “SUR” para que Latinoamérica no dependa únicamente del dólar americano.
Hasta el momento, este será el nombre que llevaría la divisa principal de la región, aunque anteriormente otros intentos recibieron críticas muy fuertes por parte de los bancos.
Por ejemplo, el ministro de Economía de Jair Bolsonaro, Paulo Guedes, había propuesto la creación del “peso-real”, que sería una moneda común entre Argentina y Brasil, pero no fue aceptada.
“Si Dios quiere, crearán una moneda en América Latina, porque no tiene que depender del dólar”, anunció en un discurso Lula Da Silva confiado de que puede concretarse su deseo y el de otros gobiernos de izquierda.
Euro latinoamericano
El llamado “euro latinoamericano” funcionaría como su homólogo europeo y pretende “fortalecer la soberanía monetaria de la región”. La moneda contará “con una capitalización inicial realizada por los países miembros, proporcional a sus respectivas participaciones en el comercio regional”, detalló Gabriel Galípolo, expresidente del Banco Fator.
“Habrá una decisión de comenzar a estudiar los parámetros necesarios para una moneda común, que incluye todo, desde cuestiones fiscales hasta el tamaño de la economía y el papel de los bancos centrales”, explicó por su parte el ministro de Economía de Argentina Sergio Massa.
Hasta el momento son ocho los países que le han dado el visto bueno a la moneda común, que sería empleada por cerca de 433 millones de personas, aunque se enfrenta principalmente a las enormes brechas económicas que existen entre las naciones partidarias de la idea.
Un artículo publicado en Folha precisa que los miembros recibirían una dotación inicial de Sur, “según reglas claras acordadas, y serían libres de adoptarlo a nivel nacional o mantener sus monedas. Los tipos de cambio entre las monedas nacionales y Sur serían flotantes”.