Un nuevo proyecto de ley acaba de ser aprobado en el estado de Oklahoma que prohibirá totalmente los abortos desde la etapa de “fertilización” y que constituye la norma más restrictiva de esta índole en todo Estados Unidos.
La legislación fue aprobada por votación con 73 votos a favor y 16 en contra que no incluye “el suministro o venta de píldoras del día después o cualquier tipo de anticonceptivo de emergencia”, según informó The New York Times. La misma entrará en vigor inmediatamente que sea firmada por Kevin Stitt, gobernador del estado.
Mientras, Alexis McGill-Johnson, presidenta y directora ejecutiva de Planned Parenthood Federation of America, expresó en un comunicado si Stitt firma el proyecto de ley, “Oklahoma será el primer estado del país en prohibir por completo el aborto, incluso mientras Roe siga en pie”.
“El poco acceso al aborto que queda en el estado desaparecerá” argumentó. “Y la crisis que enfrentan los pacientes de Oklahoma y aquellos que dependen del acceso en el estado empeorará”, dijo
La nueva normativa solo exceptuará casos especiales cuando la vida de la madre se encuentra en peligro, o cuando el embarazo es resultado de una violación o de incesto. “Nuestra intención es desalentar el aborto, no la anticoncepción”, indicó a CNN, Wendi Stearman, representante estatal republicana que lidera el proyecto de ley.
Oklahoma a la cabeza de los conservadores
Otros medios como El País confirman que el proyecto de ley aprobado este jueves combina dos enfoques: prohibir el aborto por completo y ampliar civil y socialmente su persecución.
“Oklahoma declara la guerra a cualquier particular, individuo, grupo o colectivo que contribuya a la práctica de un aborto, lo que incluye, por ejemplo, a donantes de grupos de planificación familiar y organizaciones que amparen a mujeres de Estados con legislación muy restrictiva, aunque estén lejos de Oklahoma”, según indica un artículo publicado en su versión digital.
En tanto, la ley también contemplará “recompensas” de hasta 10.000 dólares para aquellas personas que denuncien la comisión de un aborto, así como daños compensatorios, incluido entre otros uno por “angustia emocional”.
“No puede haber nada más elevado que la defensa de la vida inocente y no nacida”, declaró Jim Olsen, representante estatal republicano quien había señalado recientemente que, aunque “la violación y el incesto son un crimen horrible”, el “bebé” todavía “tiene derecho a la vida”.
Las cifras apuntan que un 61 % de los estadounidenses apoyan que el aborto sea legal y seguro, de acuerdo a un macroestudio del Pew Research Center realizado en marzo. Cerca de un 8 % considera que debe ser ilegal, mientras que el 29 por ciento defiende el procedimiento en casos excepcionales.
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