Tras las rejas, dos cubanos de Hialeah por negocio ilegal de grúas

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Los cubanos que incurren en hechos delictivos no dejan de ser noticia en Estados Unidos cada semana. Ahora dos migrantes residentes de Hialeah fueron arrestados tras demostrarse que robaban piezas de autos para mantener su negocio.

El delincuente principal o “cabecilla” de las operaciones fue identificado por Local 10 como Pedro Martín quien junto a su cómplice operaban un negocio ilegal de grúas.

Ambos delincuentes fueron detenidos este fin de semana cuando la policía los encontró “con las manos en la masa” robando varias partes de un automóvil en el estacionamiento del hotel Uptown Suites, ubicado en la ciudad de Homestead, en 1071 NE 28th Ave.

Martín, de 51 años, dirigía una pequeña compañía ilegal de remolque. El reporte de la policía, citado por el medio, menciona que al sujeto “se le mostró un vídeo de vigilancia en el que aparcaba su camioneta de remolque delante del coche, se bajaba, orinaba en el suelo, se dirigía al vehículo de la víctima, se marchaba y finalmente volvía”.

Delitos de cubanos en Hialeah

Anteriormente, se le había visto con “otro hombre” (su cómplice) sacando piezas del vehículo el cual fue identificado como Michel Gonzalo-Soca, de 47 años. Este sospechoso “empezó a llorar” e hizo una confesión, que fue redactada en el informe policial, luego de que los agentes le mostraran el video de vigilancia.

El reporte de los hechos indica que Martin había remolcado la camioneta de Gonzalo-Soca desde Hialeah hasta la autocaravana en la que reside fuera de la propiedad del hotel. Esta empresa de grúas propiedad del cubano no contaba con los requerimientos legales necesarios para operar: ni marcas, licencias o papeles en regla.

Por los delitos cometidos ambos cubanos se enfrentan a múltiples infracciones de las ordenanzas locales. Específicamente fueron acusados de los cargos de robo y hurto mayor, mientras que a Martin se le achacan otros adicionales por remolcar un vehículo sin marcas comerciales, considerado como un delito grave de tercer grado, y por no mantener o presentar registros relativos a un negocio de remolque. 

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