Levan rato retirándolo. En su país hogar le han llamado de todo, le han hundido en comparaciones ridículas con Maradona. Hoy todos hablan de Mbappé, o Haaland, o Pedri, pero pasan cosas cuando te olvidas de Messi.
El astro argentino ha ganado su segundo trofeo internacional, La Finalissima, uno que no inventaron para él y que ya ganó el otro Dios argentino.
Sin saber muy bien qué dicen, algunos seguidores merengues han bromeado conque seguro ahora “le quitan el Balón de Oro a Benzema”.
Tranquilos, muchachos. La pelota dorada seguramente termine en las manos del 9 francés, pero no se puede olvidar a Messi. Es pecado.
Todos los medios reconocen que la selección de Argentina aplastó sin contratiempos al campeón de Europa en el torneo que enfrentó a los dos titulares.
“Miles de argentinos deliran en las tribunas. Lionel Messi, con una sonrisa hermosa, levanta el trofeo, imaginando con razón que tal vez en Qatar algo fascinante lo espera. Y sí, ¿por qué no?”, señalan en Mundo Deportivo.
MESSI
Considerado como el mejor del mundo por muchos, su talento innato lo ha probado ya en todas las competiciones.
Durante siete ocasiones ha recibido el Balón de Oro, siendo además premiado como Mejor Jugador del Mundo de la FIFA a muy temprana edad.
Aunque por su estilo y habilidad en los juegos ha sido comparado con el mito del fútbol, Diego Armando Maradona, este lo consideró en su momento como su sucesor, “pequeño de tamaño pero gigante de corazón”.
Su trayectoria en el Fútbol Club Barcelona solo puede calificarse como “excepcional”, aunque terminara de manera triste.
El primer año en la Ligue One de Francia con el PSG puede registrarse como una de esas malas rachas de Messi, que todavía son mejores que las buenas de otros futbolistas.
Con Argentina, ya se sabe: una Copa América y una Finalissima. En esta última probablemente haya jugado uno de sus mejores partidos, cuando muchos le han ido dejando de lado.
Catar espera. “Podemos enfrentarnos a cualquiera”, dijo un Messi que reconoce que la Albiceleste se ha quitado un peso de encima y ya juega “a otra cosa”.
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