Presunto sabotaje en aeropuerto de Miami 

Presunto sabotaje en aeropuerto de Miami
Foto: Freepik
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Presunto sabotaje en aeropuerto de Miami. Una disputa entre los proveedores de servicios Schindler Elevator y Oracle Elevator, que operan en el Aeropuerto Internacional (MIA), está bajo investigación de la policía del condado.

En estos momentos, la fiscalía estatal y el inspector general del Condado investigan las denuncias de la empresa saliente del contrato de mantenimiento Oracle Elevator de que un “sabotaje de terceros” podría haber ocasionado problemas de seguridad en la instalación.

Se trata, sobre todo, de ascensores, escaleras y pasarelas mecánicas, imprescindibles para facilitar la movilidad de pasajeros y que en estos momentos se encuentran presentando algunas fallas. 

De acuerdo con el informe de los funcionarios del PortMiami & Environmental Resilience Committee, las dificultades principales se han dado en los cables conocidos como “puentes” (jumpers). 

Estos son “componentes cruciales que pueden eludir los equipos de seguridad que a su vez pueden evitar que las escaleras mecánicas y los ascensores se detengan”, señalan varios medios.

 “Sus puentes tienen números de identificación únicos, y se encontraron más de una docena en las escaleras mecánicas sin esos números, describiéndolos como “hechos en casa”, comunicaron los representantes de Oracle.

Presunto sabotaje en aeropuerto de Miami 

 “Pensamos que es sabotaje. Pensamos que es vandalismo. Pensamos que deberían involucrar al departamento de policía”, argumentó Mike West, vicepresidente sénior de Oracle Elevators, que había prestado los servicios en el MIA desde 2018.

Resulta que Oracle es un contratista no sindicalizado y el condado le pagaba menos de 800 mil dólares al mes, por lo cual fue reemplazado por la compañía Schindler Elevator, cuyos empleados son sindicalizados. A estos últimos se les paga más de 877 mil dólares mensuales.

La disputa, aunque está en camino de resolverse en los tribunales de Miami Dade, se centra en qué compañía debería mantener y modernizar esos equipos. 

El conflicto se ha convertido en una pelea judicial, y el condado de Miami-Dade argumenta que el reemplazo de un contratista por otro fue para hacer que las cosas funcionaran de manera más fluida y segura.

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