Como ya saben, el gobierno nicaragüense eliminó el requisito de visa para los cubanos hace par de años y muchos de ellos aprovecharon esta medida para intentar llegar a la frontera sur de Estados Unidos y buscar una vida mejor. Muchos se preguntan, ¿cómo se hace esta ruta de Nicaragua a México para cubanos?
Los vuelos son cada vez más escasos, aunque las aerolíneas Conviasa y Aruba siguen disponibles con vuelos directos desde La Habana a Managua, capital de Nicaragua. Ya quitaron los vuelos con escalas en Haití, se mantienen algunos con escala en Dominicana y eliminaron los de México, porque solicitan visado de tránsito a los cubanos. Así siguen llegando a diario cientos de cubanos a Nicaragua.
El sueño de llegar a Estados Unidos por tierra sigue siendo una motivación para muchos cubanos, que buscan la forma de atravesar Nicaragua y México sin ser detectados por las autoridades migratorias. Sin embargo, esta ruta es muy arriesgada y no todos logran su objetivo.
Ruta de Nicaragua a México para cubanos
Según un reporte de Animal Político del 2019, algunos nicaragüenses también han optado por esta vía para llegar a la frontera estadounidense, evitando los controles de migración mexicanos mediante estrategias clandestinas.
El recorrido desde Managua hasta Ciudad Juárez, por ejemplo, tiene una distancia de más de 3 mil kilómetros. Caminando, se tardaría más de un mes, pero con el apoyo de buses o camiones se podría reducir el tiempo. Aun así, el viaje sigue siendo muy peligroso, aunque menos que el de miles de cubanos que se aventuran por la selva de Darién entre Colombia y Panamá.
Se sabe que se llega a la frontera con Honduras desde Nicaragua en taxis, que cobran unos 50 dólares por el viaje. De Honduras se va a Guatemala y de allí a México y así todo el tiempo hacia el norte.
Los nicaragüenses que emigran cuentan que el trayecto desde la capital guatemalteca hasta la frontera con México les cuesta unos 90 dólares. “Nos escondemos si hay Guardia Nacional”, comentan al cruzar el río que separa ambos países en frágiles balsas. Es una frontera natural, de agua.
Para atravesar México, utilizan las “combis” o camionetas. A veces tienen que caminar para eludir los controles migratorios. Se pasan algunas vallas, algunos alambres y siempre hay que pagar algo.
Lo otro es contratar un coyote que los guíe por Centroamérica, pero en 2019 cobraba unos 8 mil dólares por persona. Una cifra exorbitante, además del riesgo que conlleva el viaje en sí mismo, algo que no detiene a los cubanos en su camino.